"Sostener una lactancia materna exclusiva con un bebé prematuro es muy difícil. No todas las mamás logramos amamantarlo naturalmente. Si bien, desde un primer momento, tuve muy buena producción de leche y mi bebé siempre recibió mi leche mientras estuvimos en la Neo, cuando lo acercamos al pecho para que empiece a mamar por sus propios medios, en la semana 32, la lactancia no fue tan buena como esperábamos. Le costaba prenderse a mi pecho y yo tenía mucho miedo porque era chiquitito, vomitaba mucho, tomaba seguido porque se cansaba, entonces no aumentaba mucho de peso”.
Evelyn, mamá de Estanislao -un bebé que nació con 26 semanas de gestación, 790 gramos y pasó sus primeros 76 días de vida en una sala de Neonatología-.
Con el propósito de concientizar acerca de la importancia de la leche materna para la buena salud de los lactantes y de generar acciones que promuevan la cultura del amamantamiento, cada año, del 1 al 7 de agosto, se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna en más de 170 países.
Sabemos que la lactancia materna es el mejor alimento para los recién nacidos, especialmente si se trata de bebés prematuros porque, sobre todo durante las primeras semanas de producción, la leche prematura está naturalmente preparada para cumplir con las necesidades de los bebés nacidos antes de término. Se trata de una leche que contiene elevadas concentraciones de anticuerpos que ayudan, por ejemplo, a combatir infecciones intestinales. Sus elevadas cantidades de proteínas y minerales, así como también los diferentes tipos de grasa, que el/la pequeño/a puede digerir con más facilidad, fortalecen su sistema inmunológico y mejoran su neurodesarrollo.
Sin embargo, desafortunadamente, desconocemos lo relevante que resulta para los bebés, más aún si son prematuros, alimentarse con leche humana por más que no sea de su madre. Si hablamos, específicamente de niños/as nacidos/as antes de la semana 40 de gestación, la falta de fuerza suficiente para poder succionar la leche del pecho materno, la aparición de mastitis, pechos agrietados por una incorrecta posición del bebé para amamantar o una escasa producción de leche son solo alguno de los múltiples factores por los que, muchas veces, en las Neo, los/as médicos/as deben indicar el suministro de leche humana donada por otras mamás a los Bancos de Leche Humana.
“Desde el primer día me extraje la leche para Estani pero, al ser tan chiquito, tomaba mucha menos cantidad de la que yo producía por día y las enfermeras me comentaron que podía donarla a otros bebés que la necesitaran. La leche no se repartía entre los bebés que estaban ahí internados, sino que se guardaba en el lactario de la Neo y, una vez por mes, el personal del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá pasaba a retirarla para su posterior distribución”, detalla Evelyn acerca de este bondadoso acto que va más allá del amor a su hijo y se expande a esos bebés desconocidos que, alguna vez, se alimentaron de su leche materna.
Las contradicciones de la vida quisieron que esta mamá que tan abundante producción de leche tenía, el día que estaba lista para irse de alta con su bebé tuviera que pedir llevarse algunos frasquitos de la leche que había donado: “ese día Estani no se prendía a mi pecho y yo pensaba en la cantidad de leche que había donado sabiendo que mi hijo no la iba tomar. Pero siempre estuve segura de hacerlo porque, en ese momento, sentía que lo único que podía hacer por él era sacarme leche”, recuerda y define aquella experiencia como fortalecedora y reconfortante.
Desde este espacio queremos hacernos eco y difundir la importancia de donar leche humana. Porque ese inmenso acto de solidaridad y generosidad con los bebés que lo necesitan constituye una verdadera muestra de amor. Una hermosa e indiscutible forma de honrar la vida.
¿Qué pasos deben realizarse para donar leche a un Banco de Leche Humana?
El procedimiento es sencillo. Según pudimos averiguar, a través de profesionales de la Maternidad Sardá, puede donar cualquier mamá que esté amamantando a su bebé de hasta un año de edad y que tenga una producción de leche que exceda las necesidades del lactante. No obstante, podrán hacerlo únicamente aquellas mamás que presenten serologías negativas de Virus de la Inmunodeficiencia Humana (HIV), sífilis, toxoplasmosis, Chagas, y hepatitis B y C, en análisis con una antigüedad menor a los seis meses.
Una vez que la mujer interesada en donar remite toda la documentación solicitada al Banco de Leche Materna donde desea realizar la donación, esa documentación es analizada por los profesionales de ese repositorio y, de acuerdo a los resultados, da el apto o no para la realización del procedimiento. Si los estudios están bien, comienza el circuito de recolección que, en el caso de la Sardá, consiste en llevarle a la donante los recipientes hasta su domicilio, si reside en la Ciudad de Buenos Aires, y cuando los completa debe avisar para que pasen a retirarlos, siempre que se trate de una mamá que ya fue dada de alta.
Una vez que el repositorio recibe esa leche, que también puede ser donada por una mamá mientras está internada con su bebé en Neonatología, se analiza, y luego pasa por un proceso de pasteurización. Recién ahí está en condiciones de ser suministrada, bajo prescripción médica, al bebé que la necesite.
La Argentina, además del Banco de Leche Humana de la Maternidad Sardá, cuenta con otros ocho Bancos de Leche Materna distribuidos en distintos puntos del país. Encontrá el listado completo en nuestra cuenta de Instagram: click acá para ir
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